Aquasella nació en 1997, cuando los 3 socios hosteleros—Luis Ibáñez, Julián Marcos y Alfonso Ibáñez— decidieron organizar una fiesta cerca del río Sella. Aquel primer evento comenzó a las 10 de la noche y se prolongó hasta las 10 de la mañana siguiente, con una mayoría de artistas asturianos sobre el escenario.

En 2001 se unió al equipo Natalia García, quien desde entonces ha contribuido al crecimiento del festival. Hoy, en 2025 y 28 años después de aquella primera edición, Aquasella se ha convertido en un festival de cuatro días, con varios escenarios y un cartel repleto de artistas de todo el mundo.

Damos la bienvenida a Natalia García. Ella forma parte del equipo de Aquasella.

Tú, como mujer, estás muy orgullosa de esto, ¿verdad?

Me llena de satisfacción haber trabajado tantos años en la industria de la música electrónica. Elegí este mundo como un estilo de vida, y al mismo tiempo, tuve la suerte de crecer profesionalmente dentro de él, verlo evolucionar, de conocer a tantos profesionales increíbles… ¡Es un sueño hecho realidad!

Total. Para alguien que no conozca Aquasella, ¿cómo lo describirías? ¿En qué se diferencia de otros festivales?

Creo que es una experiencia única que solo se puede vivir una vez al año. No es un evento que se repita en otras ciudades. Es un momento muy especial, en pleno verano, en un entorno natural increíble, rodeado de montañas, muy cerca de la playa y justo a orillas del río Sella.

La localización es mágica: estás a 10 minutos de la playa y de los pueblos más bonitos de Asturias. Puedes disfrutar del mar, del río, de la montaña y de la mejor música electrónica… todo en un mismo día. Es algo irrepetible.

Mejor conexión, imposible, ¿no?

Claro, compartir todo eso con tus amigos, disfrutando de artistas internacionales en un entorno así… no se encuentra en ningún otro lugar.

Has vivido muchas cosas a lo largo de estos años. ¿Cuál es el momento más memorable que recuerdas ahora mismo?

¡Qué difícil elegir uno! La verdad es que, para mí, los momentos más memorables son esos instantes que se repiten cada año en el festival. Cuando de repente una mezcla de un artista te sorprende, el público vibra al unísono y parece que el tiempo se detiene.

Es como si todos los corazones latieran al mismo ritmo. Incluso los camareros se detienen para mirar lo que está pasando. Esos segundos en los que solo quieres abrazar a tus amigos… son tan emotivos.

Y lo mejor es que no sabes cuándo ocurrirán, pero casi siempre pasa al menos una vez cada noche. Ese momento en el que dices: “Este es el clímax de la noche”. Para mí, eso es lo más especial de Aquasella.

¿Cómo se construye el line-up del festival?

Desde el departamento de dirección artística, liderado por Luis Ibáñez, que cuenta con muchísima experiencia y es el responsable principal. Le acompañamos un pequeño equipo de personas. 

Elegir el cartel es un proceso complejo. Hay muchos factores: años de trabajo en la industria, conocer los gustos del público, estar atento a nuevas tendencias…

Intentamos siempre mantener la esencia del festival, nuestras raíces, pero también con una mentalidad abierta a nuevos sonidos. Buscamos equilibrio entre los grandes nombres, los artistas legendarios y las propuestas más frescas y emergentes.

 

¿Y cómo descubrís a esos nuevos talentos?

Es un trabajo de todo el año. Estamos muy conectados con lo que ocurre en la escena europea, especialmente en países como Alemania, Holanda o Inglaterra, donde hay una gran cultura de clubs y promotoras.

También prestamos mucha atención a lo que pasa en España. Además, recibimos propuestas de agencias, managers y hasta de los propios artistas, que saben que actuar en Aquasella puede ser un gran impulso para sus carreras.

¿Cuál ha sido la petición más inusual o curiosa que habéis recibido en un hospitality rider y que realmente cumplisteis?

Después de tantos años en esto, los riders ya no nos sorprenden tanto. Estamos muy acostumbrados a gestionar tanto los detalles técnicos como las necesidades personales de cada artista.

Lo más importante para nosotros es que se sientan cómodos y que tengan todo lo que necesitan.

Desde chupachups, gominolas, chocolatinas, frutos secos, frutas, refrescos, agua todo tipo de bebidas … hasta bebidas premium, cargadores, toallas… Nos tomamos muy en serio cumplir con todo al pie de la letra.

¿Cómo ves a Aquasella dentro de 5 años? ¿Qué planes de futuro tenéis a medio y largo plazo?

Si hablamos del año 2030, me gustaría que Aquasella mantuviese su esencia y que los clubbers nos sigan eligiendo como uno de los festivales donde mejor lo pasan, con calidad musical y en un entorno natural como es “El Prau”.

Desde hace años venimos adaptándonos a los cambios tecnológicos y mejorando la experiencia del público. Estoy segura de que seguiremos creciendo en esa dirección, apostando también por la sostenibilidad y el respeto al entorno.

A título personal, creo que la tecnología avanzará aún más: probablemente comprar entradas en formato NFT será algo común gracias al blockchain. Tal vez veamos robots realizando tareas repetitivas, y sin duda, los equipos de sonido y backline serán más punteros. ¡El futuro es emocionante!

¿Has notado cambios en las nuevas generaciones? ¿Es la Generación Z diferente a las anteriores?

Sí, definitivamente. Tienen otros hábitos y prioridades. Valoran más la sostenibilidad, la inclusión, las experiencias únicas, la conexión emocional…

Están muy informados, muy conectados, y también son exigentes. Nosotros también aprendemos de ellos, y creo que esa interacción es positiva: nos obliga a evolucionar y a seguir ofreciendo algo auténtico.

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Gracias, Natalia, por compartir tu experiencia y tantos detalles del universo Aquasella. ¡Os deseamos muchos años más de música, magia y éxito!

Este año, como siempre, Aquasella reúne a los mejores artistas de música electrónica del mundo. Con nuevas colaboraciones y experiencias, promete ser inolvidable. Consigue tus entradas en: aquasella.com